Si tienes una buena banda sonora, tienes una historia cautivadora. ¿Quién no recuerda la fantástica cinta irlandesa Once? Una historia de amor rodada en sólo dos semanas con poco presupuesto, que maravilló al mundo hace algo más de una década y acabó ganando el oscar a la mejor canción. El viaje de Glen Hansard y Markéta Irglová en Once no sólo es mágico, sencillo y tiene visos de realidad. Se volvió real.

Su director no nos ha dejado de sorprender desde entonces y ha publicado dos cintas de lo más recomendables —Sing street y Begin again— y una de las mejores series de los últimos años, Modern love, que puede verse en la plataforma de vídeo de Amazon.

Begin Again tiene grandes aciertos y algún que otro defecto, pero nos encontramos ante una película sencilla y emotiva, que cuenta la historia de un productor musical en decadencia que se queda prendado por las canciones de una desconocida. En la obra, el actor Mark Ruffalo sorprende cambiando de registro, después de su papel en Los Vengadores, y la actriz Keira Knightley demuestra su encanto y su sencillez delante de la cámara: es imposible no enamorarse de ella y es imposible no enamorarse de su voz. El cantante de Maroon 5 Adam Levine es la única nota discordante en el casting, ya que, aunque su voz es espectacular, su papel como actor es simplemente mediocre.

Keira Knightley se incorpora a la lista de actrices que en los últimos años se han convertido en cantantes sin dar pena. Gwyneth Paltrow, sorprendió hace nueve años logrando una nominación en los Globos de Oro por la canción Coming home —de la película Country Strong—. La también actriz Zooey Deschanel lleva publicados varios discos interesantes junto al músico de folk M. Ward, con el que formó el proyecto She & Him —Merece la pena pararse a escuchar temas como In the sun—. Y Scarlett Johansson decidió seguir el mismo camino sorprendiendo junto al músico Pete Yorn mezclando pop guitarrero y folk en el álbum Break Up (2009), una joya.

En Begin again encontramos una sucesión de pequeñas canciones que dan forma a una historia atrayente y que se crecen con las escuchas, desde la brillante melodía de Tell me if you wanna go home, hasta los geniales arreglos instrumentales de A Step You Can’t Take Back. La escena del bar donde suena por primera vez esta última en acústico mientras el personaje de Mark Ruffalo se imagina en su cabeza como sonaría después de pasar por el estudio, me sigue pareciendo la mejor de la película.