La formación francesa Belle Arché Lou factura música de relajación desde el virtuosismo de dos hermanos que sobresalen con sus instrumentos.
Magia. Sólo hacen falta una guitarra acústica y un vibráfono. Preciosas melodías llenas de matices que conforman uno de los proyectos más interesantes de los últimos tiempos. Dos hermanos franceses de formación clásica que recorren Europa creando “atmósferas únicas con instrumentos inusuales”.
Una propuesta difícil de clasificar. La banda francesa Belle Arché Lou, que anunció hace sólo unos pocos días que prepara nuevo proyecto, demuestra que se pueden “transmitir sentimientos sin tener que recurrir a las palabras”. Por ejemplo, Tout la nuit dans les veins (Toda la noche en las venas), posiblemente el mejor trabajo del grupo hasta la fecha, asombra desde los primeros compases. Ocho temas sin voz llenos de arreglos orquestales y pequeñas joyas como Morceau d’ amour (Pieza de amor), una canción de poco más de dos minutos de duración sustentada en un alegre vibráfono que sorprende incorporando instrumentos según avanza.
La formación ya demostró su talento hace tres años sobre las tablas de un escenario en Madrid, dentro de una gira realizada gracias al apoyo de pequeños mecenas, que concluyó con un tímido gracias en un momento en el que los asistentes se encontraban encandilados ante una propuesta singular (que la inmensa mayoría acababa de descubrir).
Belle Arché Lou en tres canciones
Pour détruire le chagrin du monde (Para destruir la tristeza del mundo)
La banda considera que el tema melancólico que crece según avanzan sus casi doce minutos de duración es su canción más icónica.
Morceau d’amour (Pieza de amor)
La tristeza se torna alegre en una pieza de apenas dos minutos de duración que se mueve al ritmo de un destacado xilófono.
Un éclat (Un brillo)
Una de las pocas canción de la banda que no son estrictamente melódicas. La suave voz de la cantautora francesa Alma Forrer flota a través de los instrumentos de la banda.