La cantautora gaditana Carmen Boza factura canciones de pop llenas de matices y se encuentra inmersa en la gira de presentación de su segundo trabajo, que presentará el viernes 14 de diciembre en la sala Niágara de Santander.
Y esta antítesis total nos mantiene cerca. La canción Octubre es una pequeña joya de pop sustentada en una guitarra y una voz dulce, que marcó la carrera de la cantautora gaditana Carmen Boza hace tres años. Un tema que acumula cientos de miles de escuchas en plataformas digitales. Una canción que sin embargo parece embarcada en otra etapa. La carrera de Carmen Boza ha evolucionado en su último álbum de una manera inimaginable. Su sonido por momentos está más cercano al de una banda como Vetusta Morla que al de una cantautora con guitarra al uso.
La caja negra es el último segundo disco de Carmen Boza. Un álbum corto de sólo nueve canciones que se mueven entre momentos pop, temas más guitarreros, atmósferas y algo de rabia. Un trabajo que la autora presentará el próximo viernes 14 de diciembre en la sala Niágara de Santander.
Carmen Boza comenzó su andadura musical subiendo durante varios años vídeos de canciones a YouTube, que recopiló más tarde para regalar a sus seguidores. Luego llegaron las pequeñas salas y un álbum de debut publicado bajo una discográfica multinacional, que pese a contar con canciones interesantes, carecía de un sonido propio. La chica con guitarra rompe con todo en su segundo trabajo, publicado a mediados de este año. Un disco que ha compuesto, producido y publicado sin ayuda de nadie.
No tengo valor para volver, ni para seguir ni de fingir, pido tiempo muerto y suerte, que no me arrepentiré de huir. La introducción de La caja negra comienza con una voz que se mueve bajo una melodía con toques de funk, que deja clara parte de la evolución sonora que ha llevado a cabo la artista desde el lanzamiento de su álbum de debut. En canciones como Espanto o la recomendable Mantra coquetea incluso con sonidos cercanos al rap, deslizando frases sobre suaves melodías.
Es difícil elegir una sola canción del álbum, aunque si tuviéramos que escoger un tema apostaríamos por la canción Gran hermano, posiblemente el mejor momento del disco. Guitarras marcadas, cambios de ritmo y un estribillo pegadizo. Que ninguna canción destaque más que el resto deja claro también que nos encontramos ante un trabajo que no termina de ser redondo (quizá faltan más ganchos), pero que destaca. Es un disco arriesgado, que supone un paso importante e interesante en la carrera de Carmen Boza, un álbum con el que debería llenar la pequeña sala Niágara de Santander.
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Carmen Boza – Gran hermano
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