El músico santanderino Ángel Stanich es uno de los artistas españoles más interesantes del momento. Una figura única que factura canciones que se mueven entre el pop de guitarras y el folk de cantautores hasta crear un universo personal.
Con Ángel Stanich hay dos opciones: o te maravilla o le odias. Sus canciones llenas de personajes rotos y una voz agua y extraña que fascina (pero también incomoda) han dado lugar a una de las figuras más peculiares del panorama musical nacional. Además, el cantautor santanderino vive rodeado de un aura de misterio que ha acrecentado su figura. Y si a eso le sumamos una frondosa cabellera acompañada de una larga barba parece complicado no fijarse en su imagen antes que en su música. Todo se complementa.
Ya estoy cansado de hablar, creo que voy a disparar. Hey, Joe, ¿no irás a matarme? No sé, chico, es posible que pase… La canción Metralleta Joe es un himno, el tema que disparó la popularidad de Ángel Stanich. Imprescindible en cualquier lista de las mejores canciones nacionales de los últimos años. Y tres años después de llenar salas a lo largo de la geografía española llegó su segundo álbum, que no ha hecho otra cosa que colmar las expectativas refrendadas en él.
El músico ya nos sorprendió en directo en varias ocasiones, por ejemplo en Escenario Santander en 2017 protagonizó un concierto en el que comenzó con fiebre y muchas dudas, que siguió con Stanich sorprendido por convocar tantos asistentes y que terminó por todo lo alto.
Todo parecía estar en contra en el Escenario Santander. Los conciertos nunca empiezan a la hora; pero el de Stanich se retrasó mucho más allá de lo esperado. Además, las señales recibidas no acompañaban: el cantautor llevaba cuatro conciertos en cuatro días en diferentes puntos de la geografía española (cinco contando Santander): Lérida, Palencia, Segovia y San Sebastián; en este orden. Y según nos confirmaban fuentes cercanas al músico, tenía fiebre alta. La primera canción disipó todas las dudas. Escupe fuego lleva años acompañando los conciertos de Ángel Stanich y ha evolucionado hasta transformarse en un tema imprescindible en su repertorio (escucha obligada). Un tema que además es el mejor comienzo posible de su último trabajo, publicado el año pasado, cuya gira está llegando a su fin. Tu amor no arde, sólo escupe fuego.
Antigua y Barbuda es uno de los discos más interesantes de los últimos tiempos. El músico factura un trabajo cercano al pop, con predominio de las guitarras, pero que mantiene los ingredientes que han caracterizado su carrera. Más se perdió en Cuba es una balada con una preciosa instrumentación cuya intensidad aumenta según avanzan los minutos y Mátame camión es un himno instantáneo. Un tema con instintos suicidas y tintes autobiográficos, que supone además una crítica al periodismo musical español. Una canción sustentada en una poderosa batería, llamativos sintetizadores y una letra que es imposible no tararear.
Un día épico es otra de las canciones que sobresalen. Un tema de pop con marcadas guitarras que ya había sido publicado anteriormente (en un pequeño trabajo a modo de aperitivo que llevaba el nombre de Siboney). Quedan más momento épicos entre las once canciones que componen Antigua y Barbuda. Hula Hula tiene ritmos electrónicos que llaman a bailar. Y funciona. Y Le Tour ’95 es directa y sorprende narrando una historia de amor en clave de referencias ciclistas. Siempre hay un suizo que se crio en los Alpes y da guerra. Y algún matón de tejas que acaba haciendo añicos su carrera. Yo voy a correr por ti sin transfusiones.
Ángel Stanich – Escupe fuego
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Ángel Stanich – Carbura
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