La formación catalana Egon Soda es uno de los grupos más peculiares e interesantes del panorama musical nacional. La banda presentará su nuevo trabajo el próximo viernes 27 de julio en Los Conciertos de La Campa de Santander; como teloneros de Vetusta Morla. Hemos hablado con ellos.
Una carrera de fondo. Varios componentes de la formación catalana Egon Soda se conocieron cuando apenas tenían catorce años; empezaron a sonar como una banda cuando cumplieron diecinueve (y a incorporar nuevos miembros); pero también a centrarse en otros proyectos, logrando reconocimiento dentro de la industria musical española. El resultado es una banda veterana de rock que tardó muchos años en publicar su álbum de debut y que lanzó hace pocos meses el cuarto trabajo de su carrera (El rojo y el negro). Un grupo que en la actualidad está conformado por seis músicos, entre los que encontramos a gente como Ricky Falkner, productor de referencia que es bajista de una banda como Love of Lesbian y con el músico Iván Ferreiro; Charlie Bautista, también productor, que formó parte de grupos de la talla de The Sunday Drivers y hemos podido ver acompañando en los escenarios a artistas como Christina Rosenvinge y Russian Red; y Ferran Pontón, sin el que no existiría Egon Soda, guitarrista y letrista que nos recibe justo antes de un concierto de otro de los grupos de los que forma parte. Todos tienen una carrera y una historia detrás. “Egon Soda es una banda con muchísimas cabezas. Llegamos a un punto barroco en el que nuestro batería tocaba en doce grupos. Creo que eso es bueno ya que enriquece, aprendemos en muchos sitios y todo ese aprendizaje lo aportamos cuando estamos juntos”.
El grupo Egon Soda actuará el próximo viernes 27 de julio en Santander, dentro de la programación de Los Conciertos de La Campa; de la Semana Grande de la ciudad, donde serán teloneros de Vetusta Morla. Ferran tiene claro que poder tocar antes de la banda madrileña es “una oportunidad de oro” debido a que mucha gente que irá al concierto aún no conoce a Egon Soda; pero “tiene las orejas abiertas y limpias”, no se cierra a escuchar otras propuestas.
– Pocos grupos españoles han alcanzado el nivel de popularidad en el que se encuentra ahora Vetusta Morla: montar ellos mismos un concierto en la Caja Mágica de Madrid ante 38.000 personas.
Vetusta Morla es una formación que no ha bajado nunca el nivel. Un ejemplo de tenacidad; de hacer las cosas muy bien y buscar otro camino. Algo que también hacía una banda como Standstill. Y son ejemplos contrarios: Standstill no pudo encontrar el camino para hacer lo que quería y en cambio Vetusta Morla sí lo ha encontrado. Es casi imposible vivir de la música en este país; tiene que ser una entrega que venga de dentro. Siempre me ha reventado mucho que Standstill no se convirtiera en uno de los grupos más importantes de este país.
Siempre me ha reventado mucho que Standstill no se convirtiera en uno de los grupos más importantes de este país.
– Vetusta Morla ha logrado el éxito sin apoyos discográficos. ¿Cuál es ese camino?
Standstill es una banda que genera una disposición hacia la música que hace que mucha gente se introduzca en una manera de hacer las cosas: quiero tener un discurso propio y no ser esclavo de mi género ni de lo que he aprendido. Eso lo hizo Standstill como creo que ningún otro grupo lo ha hecho en España. Y muchas formaciones como Vetusta Morla han ido bebiendo de ello. Ya no basta con hacer un concierto muy grande o con muchas luces. Hay que hacer un concierto con cerebro. No vale sólo con tocar muy bien y disfrutar mucho de la música, además tienes que decir algo.
– En Carreteras infinitas, tema que la formación barcelonesa Sidonie publicó hace dos años, y que llegó a aparecer en todas las radios españolas, sonaba un frase que decía ‘Otro año más, Jota (Los Planetas) cantando en el Primavera Sound, prefiero a Egon en la calle Arenal’.
Quiero a Sidonie con locura; pero no es bueno comparar nunca. Yo he crecido con Jota de Los Planetas y no sé si hubiese empezado a escribir en castellano de no haber sido por él. Tengo muchos otros referentes líricos, pero fue el primer músico con el que pensé: él lo ha hecho y yo lo voy a hacer también. Y eso me sirvió muchísimo. Entiendo a Sidonie; pero no puedo comparar. Todas las bandas de las que estamos hablando hacen un trabajo de la hostia.
– Con Standstill y Vetusta Morla hablas de una disposición especial hacia la música, ¿en qué se nota esta forma de hacer las cosas en Egon Soda?
Los componentes de Egon Soda aspiramos a crear una manera de atacar la música muy distinta a Standstill; pero que le puede servir a la gente. Buscamos que en los conciertos la música esté por encima de todo. Con la edad tengo claro que no me voy a convertir en una estrella del rock, pero sí que puedo dejar una semilla para que otros músicos toquen música inspirados por mi esfuerzo y mi trabajo.
El sonido de la banda se adapta a lo que vamos descubriendo como músicos. Un grupo en el que todos los elementos tienen la misma importancia. Un continuo caminar muy juntos. Cuando publicamos nuestro segundo disco tocamos tanto juntos que nos dimos cuenta de que era mucho mejor el trabajo conjunto en el momento del estudio que apostar por una producción anterior demasiado grande. Ya apenas ensayamos juntos.
– ¿Cómo es esa manera de trabajar los temas?
En muchos grupos hay una persona o dos que componen las canciones y revisan todo, se arregla, lo vuelven a mirar. En Egon Soda yo compongo las canciones, pero nos sentamos, tocamos juntos y cambia todo como un calcetín. Un momento en el que todo el mundo hace un gesto de generosidad hacia el de al lado.
– En octubre visita Santander la formación estadounidense Clap your hands say yeah, uno de tantos proyectos que comenzaron como un grupo de amigos de juventud y ahora, de los cinco miembros que formaron parte del disco de debut de la banda, sólo queda uno en el proyecto, que siempre ejerció como líder, compositor y vocalista.
Esto ocurre en multitud de ocasiones. Por suerte para nosotros hay un diálogo constante y tengo la suerte de recibir lo que doy.
– Centrándonos en el nuevo trabajo de Egon Soda, que se titula El rojo y el negro, hablamos de un disco con canciones como Luchas de clases, con marcadas inclinaciones políticas.
El rojo hace relación a las letras y el negro tiene que ver con un viraje musical que nos apetecía descubrir. Siguen siendo canciones de Egon Soda, no vamos a componer un tema de funk, pero somos muy fans de la música negra y hemos intentado entender cómo se toca. Un estilo de música en el parece que todos los músicos tocan a la vez, pero se respetan mogollón.
Siempre hemos buscado no aburrirnos en el mismo sitio
– En una entrevista en otro medio cuando salió el álbum publicado, uno de los componentes del grupo, Ricky Falkner, señalaba que “hacer un disco continuista habría sido aburrido”.
Siempre hemos buscado no aburrirnos en el mismo sitio, no repetir. Y esto se nota en temas como Glasnot, con una guitarra muy característica, Corre, hijo de puta corre, que es una canción gospel pasada de vueltas y Matanza, un tema de aires latinos.
– En Matanza esos sonidos son muy evidentes…
Es la canción en la que hay elementos más evidentes, sí; pero también quise poner una letra que habla de los atentados de Cataluña, para no hacer todo tan fácil. No es un chiste, es una cosa más seria de lo que es.
Yo he nacido y crecido en un ambiente político; mi padre ha sido editor de ensayo. Y en mi familia se ha vivido mucho el mundo de la izquierda, que para mí es un lugar muy natural, con muchas contradicciones. La idea era llevar todo estas implicaciones políticas a un sitio musical. Un disco en el que he acabado escribiendo mucho más de lo que he acabado cantando. He escrito como tres veces las letras en extensión, para luego acortar. Costaba mucho encontrar un tono y que además encajara con la música negra. Y creo que hemos conseguido que el discurso que representamos tenga un tono un poco vacilón.
– ¿Podríamos decir que hacéis política en vuestro cuarto álbum?
No. Egon Soda hace canciones…
– Pero con una clara implicación política…
Tú me has preguntado, ¿Egon Soda hace política? No, Egon Soda hace música. Lo que no se puede negar es que, como personas, todos los miembros de Egon Soda somos agentes políticos. La gente que hace música lo más hedonista posible, por la distracción, también me parece bien. Es una opción como cualquier otra; pero eso también es una decisión política. Algo de lo que no escapas. Incluso cuando no haces política estás decidiendo no hacer política.
Estamos viviendo un momento de gran conciencia política y eso es muy bueno
– En vuestro disco cantáis a una izquierda cada vez más escuálida. Y justo ahora estamos viviendo un gran momento de actividad política en España con muchos cambios que incluyen un gobierno de izquierdas. Es llamativo lo que ha variado todo el panorama político desde la publicación del álbum hace cuatro meses hasta ahora…
Ojalá todo en España hubiera cambiado más de lo que ha cambiado. Ahora mismo estamos viviendo un momento de gran conciencia política y eso es muy bueno, que haya gente que piensa muy distinto de lo que yo puedo pensar. Empieza a ser evidente que todos somos elementos políticos en la sociedad, que no hablamos sólo de una responsabilidad de un grupo de personas que se dedican a ello. Los profesionales lo han hecho tan mal, han arrastrado todo tanto por el fango, que le toca a la sociedad emponderarse de ese concepto de responsabilidad y hacerlo suyo. La política está en todos lados: en la música, en las personas con las que hablas en la calle… Y eso es lo que señala el disco de Egon Soda. No hablamos sólo de algo para profesionales. Igual no tienes todo muy claro, como con las leyes de la física, pero te afecta igual.
– En un tema como Matanza, que ya hemos mencionado, hablas de que los medios de comunicación no están “a la altura de los acontecimientos”. Y son un agente importante en una sociedad.
En el caso de Matanza, que habla de los atentados de Cataluña del año pasado, me pareció que se perdía el elemento de investigación periodística. Todo el mundo estaba barriendo hacia su casa viendo cómo podría convertir el discurso en algo más social, más de partido. En Madrid en su tiempo pasó lo mismo con los atentados. Y lo que la gente no entendía es cómo se puede matar de esa manera. Y me parece bien que no lo entiendan; que somos personas educadas en el respeto y en el cariño. Es necesario intentar explicar cómo llegamos a ese punto en el que varios chavales destruyeron su vida y la de otros. Y hacer un poco de autocrítica: qué puta mierda de sociedad tenemos que genera todo esto. Que lo generamos todos. Y explicar eso es muy necesario para el periodismo. Puedes ver mucha mierda en internet, pero no te conviertes en une extremista de un día para otro. Necesitas elementos de tensión. Y me da la sensación de que nadie intentó explicar esto periodísticamente.
– Ya los propios títulos de los temas del álbum son muy reivindicativos. Desde Corre, hijo de puta, corre hasta El corazón de un mundo sin corazón. De hecho, Te pierdo, una balada amorosa, es la única canción sin claras referencias políticas.
Incluso Te pierdo se puede entender en clave política, personas desencantadas con la izquierda.
El corazón de un mundo sin corazón es una canción que no está compuesta estrictamente por mí. Es un riff de guitarra que hizo otro miembro en la prueba de sonido. Y trabajé sobre ello y nació una canción. Y el estribillo es la segunda parte de una frase muy conocida por todo el mundo: la religión es el opio del pueblo, el sentimiento de un mundo sin corazón. La parte menos conocido es mucho más poética, más bonita. Yo no compro esto de la religión; pero entiendo que la gente se sienta a gusto en un mundo donde le están diciendo que pertenece a algo, ya que el mundo a veces no tiene corazón. Como ateo, creo que existe un corazón a parte de la religión. Y que tiene que ver con la amistad, con el cariño, con el amor…
– La gente que vaya al concierto de Santander, ¿que puede encontrarse en un directo de Egon Soda?
Un trabajo en el momento. Nunca tocamos igual, siempre sale algo distinto: un arreglo de guitarra, de piano, de voz… Ese momento casi de improvisación en el que pasan las cosas.
Hemos empezado con la gira de festivales y luego haremos una gira por salas; aunque siempre es complicado cuadrar fechas: viene la gira de Love of Lesbian, donde toca Ricky. Y estamos de gira con Mi Capitán. En algunos festivales vamos los dos grupos, Egon Soda y Mi Capitán. Las agendas son un drama.
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Egon Soda – Glasnot