La banda zaragozana Tachenko lleva más de quince años ahondando en un sonido reconocible, que se ha ganado el respeto del público y la crítica de nuestro país. El grupo presentará su último trabajo este viernes diez de mayo en Los Picos Whisky Bar en Liérganes.
El don del vuelo sin el arte hermano del aterrizaje es una notable colección de canciones calmadas, con las que la formación maña Tachenko sigue profundizando en un sonido muy reconocible dentro del panorama musical nacional. “Una de las cosas de las que más orgullosos estamos es el hecho de tener un estilo claro. Tenemos un sonido que la gente reconoce como Tachenko. Una manera de sonar que nunca hemos forzado, siempre nos ha salido de manera muy natural”, señala en este medio Sebas Puente, cantante y guitarrista del grupo, que junto al músico Sergio Vinadé, es la cara de un proyecto que lleva más de quince años publicando pequeñas joyas de pop y pasará este viernes diez de mayo por Los Picos Whisky Bar en Liérganes.
– Estáis inmersos en la gira de presentación de vuestro octavo disco, ¿cuál es el secreto para mantener una carrera longeva?
Un álbum nuevo es un reto que impide que te canses. Si te cansas, haces otro disco y empieza la rueda de nuevo a girar. El propio hecho de grabar un nuevo trabajo hace que sigas hacia adelante, escuchando y probando cosas nuevas, a ver cómo podrían quedar. Aunque es verdad que al final nunca nos movemos mucho de lo que es nuestro estilo.
– En más de una ocasión he escuchado la frase de esa canción me suena a Tachenko.
El álbum Misterios de la canción ligera, que publicamos hace un par de años, es quizá el único proyecto diferente, con el que abrimos nuevos caminos en la banda. Un disco de corte acústico que salió publicado en un momento en el que lo que nos apetecía era hacer una pausa y recordar las canciones que habíamos dejado atrás y apenas habíamos tocado, rescatar algún tema nuevo y dar una vuelta a alguna de nuestras canciones clásicas.
– ¿Nuevos caminos? ¿Qué ha cambiado?
Antes siempre íbamos a piñón: guitarras y bajo a tope. Ahora no nos importa si tenemos que tirar una guitarra hacia atrás. Un ejemplo de esto puede verse en la formación estadounidense Wilco, en la que nos fijamos mucho. Es una banda que en directo podría ser demoledora en todo momento, pero dosifica los instrumentos a lo largo de las canciones. Suben el tempo en algunos temas, bajan las revoluciones en otros. Aprendes mucho viendo un concierto suyo. No nos comparamos con ellos, simplemente te vas fijando y vas aprendiendo de los mecanismos de otros grupos. Nosotros con el tiempo hemos aprendido a restar. ¿Un ejemplo? Antes metíamos coros continuamente, hemos llegado a ser muy brutos en nuestra carrera. Sí que probamos cómo quedaría meter coros en todas las canciones de nuestro último trabajo, pero ahora sabemos cómo manejar las cosas y al final sólo hay coros en un par de temas. Aunque esto no quita que en el futuro lancemos una canción con tres voces, vete tú a saber.
Ya no buscamos el hit inmediato.
– El don del vuelo sin el arte hermano del aterrizaje, vuestro último disco, es bastante pausado.
Es más calmado que los anteriores trabajos de nuestra carrera, éramos conscientes desde el primer momento. Ya no buscamos el hit inmediato. La primera canción que dimos a conocer del disco es La pena capital, el tema más lento. Hemos hecho lo que nos apetecía. Rápido es quizá la canción más inmediata, más parecida a lo que hemos venido haciendo hasta el momento, por eso decidimos que no fuera el primer lanzamiento. Otro tema diferente al resto del álbum es Justo y necesario, la única canción cañera. En el resto de temas el cuerpo nos pedía calma.
– Los estilos es otra canción que también llama la atención, sobre todo por esa segunda parte donde se pasa de la calma a una estructura melódica y más acelerada.
Es una canción que me recuerda mucho a lo que Sergio Vinadé hacía en El Niño Gusano, la banda que tenía antes de Tachenko. Me recuerda muchísimo a las canciones del disco El escarabajo más grande de Europa de El Niño Gusano. Un tema con dos partes muy marcadas, que grabamos por separado. No me parece que el segundo trozo de la canción sea más acelerado, yo lo definiría como más psicodélico, simplemente hay más lío de guitarras. Es un tema que está funcionando muy bien en los conciertos.
– ¿Qué canciones del disco están teniendo más repercusión?
No es algo que tengamos muy claro, al menos en directo es una de esas cosas que depende mucho de cada concierto, de cada noche. En los conciertos venimos tocando el disco nuevo entero y después hacemos un repaso de toda nuestra trayectoria, los temas clásicos como Hacia el huracán, Dame una pista y Escapatoria. En cada nueva gira vamos haciendo una criba entre todas las canciones y sólo unas pocas de cada disco sobreviven.
– Ya son muchas giras a vuestras espaldas. La banda granadina Niños Mutantes señalaba en una entrevista en este medio que su próximo objetivo era alcanzar los treinta años de carrera. Tachenko, ¿a por los veinte?
Tachenko y Niños Mutantes nos parecemos en que somos grupos bastante consistentes, que tenemos las cosas claras. Nos puede ir mejor o peor, pero seguimos haciendo música, aunque también también tengamos otros trabajos. Vamos capeando las malas temporadas y disfrutando de las buenas. Tachenko somos muy equilibrados y poco nostálgicos: la idea es seguir haciendo discos y tirar hacia adelante con lo que nos gusta. Ahora estamos inmersos también en un homenaje al músico británico Nick Drake, con motivo del cincuenta aniversario del lanzamiento de su primer trabajo, que hemos realizado en directo en un concierto en Madrid con letras adaptadas al castellano e invitados. Queremos repetir la experiencia después del verano, primero en Zaragoza y luego en otras ciudades, aunque esto todavía no está del todo claro. Además, vamos a empezar a componer con la idea de grabar un nuevo trabajo, sin un plan concreto de futuro. Hasta diciembre tenemos conciertos de la gira y luego habrá que continuar el ciclo.
Tachenko – Rápido
Tachenko – Escapatoria
Consulta aquí los datos del concierto de Tachenko.